El chofer de este tren es la ignorancia de nuestra esencia-naturaleza. Los interiores de este tren son de un lujo y extravagancia tal, que hacen creer a quienes están en él que van hacia un maravilloso lugar, sin saber que se dirigen a la desdicha, el sinsentido y el sinsabor existencial.
Los motores que lo mueven obedecen como esclav@s a su desenfrenada voluntad, contaminando y destruyendo a un ritmo propio de verdader@s loc@s, pues son alimentados por el saqueo de este planeta vientre para su funcionamiento; estos motores son la ambición ciega, la lujuria, la gula, la vanidad, el egoísmo, la ira, la sed de venganza, la pereza, el apego, entre otr@s.
En ese tren hay muchos seres humanos, y de l@s que están montad@s en él hay varios tipos: un@s no saben que están montad@s en él y quieren que vaya cada vez más rápido con ansias insaciables, otr@s ya se dieron cuenta y se quieren bajar pero no están dispuest@s a renunciar a los motivos que l@s llevaron a montarse en él, pues todavía creen que su realización depende de esas motivaciones, otr@s se están bajando y reconocen el inmenso esfuerzo que significa soltar viejos paradigmas fundados en el desconocimiento, y están l@s que están abajo disfrutando de la posibilidad de estar en la esencia siempre presente, en trabajo incansable para llevar a cabo su verdadera misión de vida y así ayudar desde sus talentos y quehacer cotidiano a que hayan cada vez menos personas pagando con su vida para seguir montad@s en este curioso vehículo.
¿Y tu? ¿Cuál de es@s estás siendo? ¿Y en cuál te quieres convertir?