
Las jerarquías "tántricas" y el abuso sexual "consensuado"
Publicado el Jueves, 24 Oct. 2024
Por Matías Uribe Ramírez
Introducción
En este breve texto voy a compartirte algo de lo que poco se hablaba públicamente hasta ahora: la dinámica generalizada de abuso sexual que se vive en algunos grupos del medio espiritualista centrados en la figura de algún "gurú" (maestro, coach, líder o cualquier otra denominación similar).
Muchos de estos grupos se disfrazan de "escuelas de yoga", "métodos de calidad de vida y alto rendimiento", "ashrams", "retiros de conexión", etc., pero no dejan de ser lo que son: centros de abuso, coacción sutil, manipulación y otros tipos de violencias que no siempre son fáciles de percibir por las propias víctimas, ya que ellas mismas dan su consentimiento sin saber que éste ha sido previamente sesgado; viciado por una serie de dinámicas coercitivas, algunas de las cuáles expondré en este artículo.
Aunque son muchas las denuncias que he recibido por parte de personas que fueron abusadas en diferentes instituciones, voy a tomar como ejemplo la institución de la que yo mismo fui víctima, pues luego de haber estado allí por más de diez años conozco en detalle su modus operandi.
Y, para que luego no vengan a amenazarme diciendo que ésto es una difamación (como ya lo han hecho otras veces tratando de intimidarme con amenazas perpetrados por su bufete de abogados encabezado por el señor Marlan Marino, denunciado por fraude), ésta vez voy a citar directamente lo que dicen varios de los libros del señor Luis Sérgio Álvares DeRose, fundador de este peligroso culto, para que sea él mismo quien muestre la naturaleza coercitiva, abusiva y sectaria de su institución.
El Método DeROSE, una sutil red de abuso sexual
Existe, en la secta multinacional llamada Método DeROSE (SwáSthya Yôga, DeROSE Method, DeROSE Meditation, etc.), una hipersexualización de los vínculos entre las personas basada en la falacia de que, si tienes sexo con una persona “más evolucionada”, tú también “evolucionarás”. Pero todo eso no es más que una fachada tras la cuál se esconde la verdadera razón de estas dinámicas: el abuso sexual.
Es un juego de poder muy bien montado:
Lo primero que hacen es abonar el terreno para que el/la practicante entre en el juego macabro de las jerarquías opresivas de la institución, en el que los más evolucionados (iniciados) están arriba y los menos evolucionados (iniciantes) abajo, dejando siempre claro que el nivel de evolución de cada miembro de la pirámide está directamente ligado a el ascenso su “energía sexual” (kuṇḍalinī*1).
La relación jerárquica es reforzada durante la práctica que deben realizar todos los días los adeptos, durante la cuál hay una sección en la que deben hacer una “ofrenda” (pūjā*2) a su respectivo profesor(a) y, luego, a DeRose, el “Maestro”, como todos lo llaman.
Esta ofrenda, según el propio DeRose, es “la parte más importante de la práctica”*3 diaria, y se debe hacer “sólo en sentido ascendente, o sea, de un inferior a un superior jerárquico. Así, un devoto puede hacer pújá a su divinidad, un hijo a su padre o madre, y el discípulo a su Maestro, pero no a la inversa”.*4 Y, algo fundamental para que el hechizo tenga el efecto opresor deseado, es que la pūjā debe hacerse siempre con la intención de dar, jamás de recibir: “si el discípulo adopta una actitud vampiresca y parasitaria de querer recibir, genera un campo de fuerza, de reacción que bloquea todo. Por otro lado, si el discípulo educado trata solamente de enviar una ofrenda de buenas vibraciones y mentalizaciones a su Maestro, se genera un campo de fuerza favorable a la identificación entre ambos, (...) no se hace pújá con segundas intenciones, para recibir el beneficio del retorno de energía. Eso sería la secuela de una educación religiosa deturpada, en que la persona casi siempre reza para pedir algo, en lugar de manifestar un comportamiento más digno, que consiste en orar para ofrecer algo.”*5
Y, para coronar esta artimaña manipulativa, en el siguiente párrafo va a mentir descaradamente con la evidente intención de infundir miedo y someter así a sus discípulos para que realicen siempre su pūjā de forma dócil y sumisa, reforzando diariamentela la sensación de inferioridad y deuda permanente con respecto a sus “superiores”:
La carencia del pújá*6 puede lesionar al instructor severamente. Al fin de cuentas, cuando los Antiguos elaboraron el pújá como parte fundamental de la práctica de Yôga, sabían lo que estaban haciendo. ¿¡Con qué petulancia los contemporáneos deciden que eso no es importante y lo suprimen!?
Los instructores de Yôga occidentales tienen complejo de Dios. Creen que son inmortales, que sus energías son inagotables y que pueden enseñar Yôga durante años, dando y dando siempre, sin agotarse. El síndrome de divinidad es tan agudo que muchos profesionales, además de no enseñar pújá a sus alumnos, seleccionan a los más débiles y carentes de energía para trabajar con ellos, a veces, exclusivamente: ¡son los que dirigen su divulgación específicamente hacia los ancianos y enfermos! No es sorprendente que ese tipo de instructor termine por contraer serios problemas de salud. En primer lugar, se vuelve neurasténico y con síntomas psicóticos. En una segunda fase, somatiza enfermedades que absorbió por interferir con el karma de sus alumnos sin aplicar el dispositivo de seguridad que nos proporcionaron los Maestros Ancestrales: el pújá. Y, finalmente, muere pronto, totalmente consumido.*7
No siento que haga falta agregar nada para recalcar la evidente violencia de estas palabras.
Ahora, mientras el/la practicante va incorporando a su proceso la idea de que debe siempre ofrecerle algo a su profesor (que está por encima) sin esperar recibir nada, hay otra serie de dinámicas manipulativas que, de una forma muy atractiva, comienzarán a serle implantadas durante las clases, cursos, lecturas y conversaciones informales.
La primera dinámica manipulativa es el delirio de que todo lo que se está realizando hace parte de una tradición tántrica antigua, pura, blanca, monolítica, secreta, olvidada, que existió hace 5000 años (¡cuánta estupidez!, no hay absolutamente ningún registro del tantra antes del siglo V d.C*8) y que DeRose supuestamente rescató gracias a una revelación concedida por su Maestro, Bhávajánanda*9, un ser invisible que le transmitió el yoga tántrico auténtico, “el Swásthya Yôga; el propio Yôga Preclásico, pre-ario, pre-védico, proto-histórico”. Que, según él es “el yoga más completo del mundo”.*10
¿Quién es Bhávajánanda? Es mi Maestro, ya sea que haya vivido o no, pues fue a través de él, o sea, de la motivación de su retrato, como conseguí concentrarme lo bastante para ir al fondo del inconsciente y rescatar conocimientos ancestrales que son patrimonio de la humanidad.
A través de él, reverencio la memoria del patrono de nuestro linaje noble de Yôga Tantra-Sámkhya. Alguien tiene que haber sido el primero. A ese le rindo homenaje durante el pújá, al comienzo de cada práctica.
Y si vivió, ¿su nombre habrá sido realmente Bhávajánanda? No representa ninguna diferencia. Moisés tampoco se llamaba así, ni Jesús. Estas son distorsiones idiomáticas enormes de sus nombres originales. No por eso dejan de merecer el reconocimiento de millones de contemporáneos en todos los continentes. (...) Bhávajánanda es considerado el patrono de nuestra estirpe, que a su vez es la más antigua.*11
Ahora, más allá de la historia del gurú astral de DeRose, que no nos interesa en este artículo, es importante tener en cuenta que "nunca ha existido una forma ‘pura’ o ‘auténtica’ de yoga, y la ansiedad por preservarlo podría estar cayendo en los mismos esencialismos sobre los que se construyó la trayectoria del Yoga Moderno en Occidente: una tradición monolítica ‘pura’ e idealizada, caracterizada por la suposición de una perfecta continuidad de la teoría y la práctica a lo largo de los siglos", como escribe la autora Farah Godrej en su artículo El yogui neoliberal y la política del yoga*12, en el que deja claro que jamás existió tal cosa como el “Yoga Original”. Argumento compartilo hoy en día la inmensa mayoría de autores como, por ejemplo, la investigadora Andrea Jain:
Las tradiciones del yoga premoderno no eran monolíticas, sino que eran dramáticamente heterogéneas y adoptaban una amplia gama de formas, incluidas las hindúes, budistas y jainistas. Espero enmarcar estos puntos de manera que sus matices desafíen las suposiciones comunes sobre la historia del yoga, especialmente la suposición de que una tradición de yoga estática y monolítica se fue popularizando gradualmente, cada vez más y de manera lineal desde el siglo XIX hasta finales del XX.*13
La siguiente dinámica (tal vez la más peligrosa) que implementan en esta secta con el fin de agudizar el proceso de someter a los adeptos, es la que mencioné al comienzo del presente artículo: la falacia de que si tienes sexo con una persona “más evolucionada” que tú, también “evolucionarás” en tu proceso. Ésto está claramente expresado en el libro de DeRose llamado Tantra, la Sexualidad Sacralizada:
Elija muy bien el compañero: relaciónese con alguien que sea practicante de SwáSthya Yôga y que esté en un nivel de purificación y evolución (...) más elevado, pues eso podrá ayudarlo. Relacionarse con personas que se encuentran en un nivel menos evolucionado retarda su progreso y anula muchos de sus esfuerzos (DeRose, 1996). *14
Y, más adelante, cuando la persona ya comienza a tener experiencias sexuales dentro de la red (¿o telaraña?), la dinámicas ya descritas se combinan magistralmente con una nueva técnica de coerción que le da cada vez más fuerza a este infalible cóctel de abuso sexual: el diletantismo poliamorso.
Resulta que en esta secta se fomentan las relaciones no monogámicas, lo cuál no tendría por qué ser un problema si ésto estuviera acompañado de un poco más de responsabilidad afectiva pero, por el contrario, el analfabetismo en todo lo que tiene que ver con las disidencias relacionales es pandémico dentro de esta institución.
De hecho, se llega al punto de menospreciar a las personas que deciden vivir relaciones monogámicas, considerándola “menos libres, menos evolucionadas, menos “tántricas” y, debido a ésto, muchos de los miembros del culto, coaccionados a abrir sus relaciones de pareja, terminan viviendo situaciones traumáticas bajo la presión grupal tácita que los obliga a tener vínculos no monogámicos sin el más mínimo conocimiento práctico sobre asuntos tan fundamentales como, por ejemplo, la co-regulación emocional*15, como si no fuera imprescindible un compromiso colectivo por el bienestar comunitario, más allá de la capacidad individual de administrar emociones, cada uno consigo mismo, todos indiferentes a lo que los pares sienten, sumidos en la bruma individualista típica del neoliberalismo. La psicóloga y sexóloga Alba Centauri, especialista en disidencia relacional, dice lo siguiente al respecto:
La co-regulación emocional es una práctica esencial para la disidencia relacional. En el contexto actual, se ha popularizado el discurso de la individualidad para hacer frente a nuestras emociones, valorando la autoregulación por encima de otros mecanismos. Llegamos, incluso, a culpabilizar a quienes no son capaces de regular sus emociones desagradables de manera independiente. Esta exigencia es capacitista.
El mundo al que yo aspiro, y las relaciones que deseo tener, involucran un compromiso colectivo por el bienestar comunitario, más allá de mí misma. Para lograr esto, es imprescindible reconocer la co-regulación como una estrategia útil y necesaria en nuestra práctica diaria de cuidados dentro de las relaciones afectivas. La co-regulación es una habilidad de lxs mamíferes, mediante la cual dos personas podemos armonizar mutuamente nuestros sistemas nerviosos (SN). Tanto para activarlos como para calmarlos. Desde peques, lxs humanes estamos continuamente adaptando nuestro SN al entorno cuando percibimos señales de seguridad y peligro en el comportamiento y expresiones de otres. Somos animales sociales, por eso necesitamos recibir esta información y acceso a la co-regulación de parte de nuestros vínculos para desarrollar apegos seguros. La disidencia afectiva reclama salir de este mandato hegemónico de auto-regulación para construir redes con personas capaces y dispuestas a sostenernos cuando estamos desregulades.*16
Muy al contrario de lo que dicen quienes realmente saben de ésto, dentro del culto deroseano se condenan y reprimen emociones tan naturales como, por ejemplo, los celos, anatemizándolos en una clara expresión del capacitismo mencionado por Centauri. Nuevamente cito a DeRose, esta vez en su libro Buen Relacionamiento Afectivo:
Los celos no son más que el soberbio desconocimiento de los principios del espacio vital y, en la misma proporción, constituyen una flagrante falta de educación hacia la pareja, así como hacia todos aquellos que resultan victimizados al presenciar la escena, aunque se trate apenas una cara desagradable por parte del compañero celoso. Esto, sin mencionar a los amigos que terminan involucrados en la ridícula escena de la telenovela.
Si usted quiere amargar su relación sentimental, la receta es infalible: tener celos. O la relación se deteriora y cada uno sigue su propio camino, o acaban siendo personajes de los titulares policiales.
Los celos son crueldad psicológica sin excusa. Los celos no son causados por el amor a los demás, sino por el amor propio, el amor a sí mismo. *17
Otro ingrediente fundamental que se agrega a este cóctel mortal son las “técnicas secretas”*18, en las cuáles supuestamente podrán iniciarse los menos experimentados si cumplen con todos los requisitos de la institución.
Es así como se va haciendo cada vez más fácil para que los de las más altas jerarquías puedan tener relaciones sexuales con los menos experimentads “sin que sea abuso”. Pero eso, de ninguna manera, podría entenderse como una relación consensuada, es algo muy diferente que se llama consentimiento viciado, pues los alumnos están bajo la influencia de esa idea absurda de la evolución espiritual a través del contacto sexual con personas “más evolucionadas”, así como el deseo implantado de ser iniciaciados en los supuestos secretos.
Es perfecto, ya los poderosos no tienen obstáculos para tener relaciones sexuales con sus alumnxs, no importa si tienen pareja o no (¡que viva el poliamor!) Y, además, los de abajo creen que si tienen sexo con los de arriba podrán ascender en su viaje hacia la “iluminación”, ¡qué buena estrategia para abusar psicológica y luego sexualmente de las personas!
Y, por si fuera poco, disfrazan todo esto de “filosofía matriarcal”, ya que, supuestamente, el tantra es “matriarcal”, pero esa es otra gran mentira.
La verdad es que la mayoría de escuelas de yoga tántrico han sido, históricamente y aún hoy, profundamente patriarcales, por ejemplo, en los rituales de iniciación de la escuela Kaula en la época medieval, existe evidencia de que los procedimientos incluían trata de mujeres en los aspectos sexuales del ritual.
De la misma forma, muchas de las escuelas del Método DeROSE, que se supone que deberían ser matriarcales, siguen la lógica institucional erigida sobre los más rancios paradigmas del patriarcado: la jerarquía piramidal, el control basado en el miedo, la segregación, las mentiras, la manipulación, el sometimiento ante la voluntad del maestro, el sexismo, la gordofobia, el machismo, el racismo, la explotación laboral, la misoginia, las dinámicas neoliberalistas y muchas otras cosas que nada tienen que ver con el matriarcalismo.
Por ejemplo, en este párrafo, perteneciente al libro de DeRose llamado Tantra, la sexualidad sacralizada, se evidencia su profunda misoginia, siendo él, supuestamente, el líder de un “método matriarcal”:
La depilación púbica fue adoptada para aumentar la sensibilidad de la mujer y, de esa forma, el placer de ambos compañeros. También se considera el aspecto estético. Las mujeres se preocupan por depilarse piernas y axilas para quedar más lindas. Imagine una doncella con las piernas y axilas peludas. ¿Lo imaginó? ¿Qué fue lo que sintió? Eso es verdad también en relación con el vello púbico. Normalmente las mujeres no se preocupan mucho por él, ya que pocas miradas tienen acceso a esa región. ¿Pero, y su elegido? ¿Él no merece esa consideración?. *19
En fin, la buena noticia es que con un poco de estudio bien encaminado se logra percibir fácilmente el engaño: será evidente lo amañado y superficial que son estos tipos de yoga después de leer obras como, por ejemplo, Yoga Post Linaje de Theodora Wildcroft, El Yogui Neoliberal de Farah Godrej o El Cuerpo del Yoga de Singleton, Vendiendo Yoga de Andrea Jain, Practica y todo llegará: abuso, dinámicas de culto y sanación en el yoga y más allá, de Matthew Remkski y muchos otros libros que exponen los juegos opresivos que se tejen tras las ilusorias jerarquías del conocimiento espiritual.
El mundo está cambiando aceleradamente, y cada año caen nuevas sectas, cultos, grupos coercitivos e instituciones abusivas. También cada día somos más las personas que no estamos dispuestas a quedarnos calladas ante esta situación tan dolorosa. Pues quienes callan también son cómplices. El silencio de quienes conocen esta realidad y no hacen nada al respecto es la plataforma que sostiene a los abusadores.
¡No más silencio!
Matías Uribe Ramírez (@redoma.yoga)
Para más información sobre esta secta visita La Farsa del DeROSE Method y el SwáSthya Yôga: Testimonios de víctimas y desmitificación de falacias
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Notas:
- 1. Kuṇḍalinī (literalmente 'enroscada') es un concepto central del Śaiva Tantra que hace referencia al poder durmiente de la Diosa Creadora dentro del cuerpo humano. Esta energía, cuando se cultiva y despierta a través de la práctica tántrica, conduce a la “liberación espiritual”. El término, junto con las prácticas asociadas con él, fue adoptado en el haṭhayoga en el siglo IX. Muchos sistemas de yoga se centran en despertar la kuṇḍalinī a través de técnicas de meditación, prāṇayāma, āsanas, mantras y otros. Claramente no tiene nada qué ver con las mentiras acerca del tantra que sostienen algunos de los abusos de esta institución (más adelante profundizaré en este tema).
- 2. Una pūjā (término femenino) es un ritual de adoración tradicional de varias culturas sudasiáticas que tiene la finalidad de ofrecer homenaje devocional y oración a una o más deidades, o albergar y honrar a un invitado, o celebrar espiritualmente un evento (James Lochtefeld, Enciclopedia Ilustrada del Hinduismo, vol. 2, pp.529–530).
- 3. DeRose, Luís Sérgio Álvares (1995), Yôga Avanzado, primera edición en castellano, Editora Unión Internacional de Yôga, p.131.
- 4. Ibid, p.126
- 5. Ibid, p.125
- 6. La palabra fue dejada intencionalmente tal y como fue escrita por DeRose: “el pújá” (sic)
- 7. Ibid, p.126
- 8. White, David Gordon (2003). Kiss of the Yogini: "Tantric Sex" in its South Asian Contexts. University of Chicago Press, pp. 28–29.
- 9. DeRose, Luís Sérgio Álvares (2006), Yôga, Mitos y Verdades, Editorial Uni-Yôga, p. 75
- 10. DeRose, 1995, p.36.
- 11. DeRose, 2006, p. 75
- 12. Godrej, Farah (2016), “The Neoliberal Yogi and the Politics of Yoga”, en Political Theory (trad. Uribe, Matías, 2024).
- 13. Jain, Andrea R. (2015), Selling Yoga: from Counterculture to Pop Culture, Oxford University Press, capítulo 1, párrafo 6 (trad. Uribe, Matías, 2024).
- 14. DeRose, Luís Sérgio Álvares (1996), Tantra, la Sexualidad Sagrada, Editorial Uni-Yôga, p. 60
- 15. Centauri, Alba (2022), “La co-regulación emocional: una práctica esencial para la disidencia relacional”, publicado en https://www.instagram.com/p/Cc6S2F7BCuB/?igsh=YmJndHFkN2RhOG9s, consultado el 23 de octubre de 2024.
- 16. Ibid.
- 17. DeRose, Luís Sérgio Álvares (2020), Bom Relacionamento Afetivo, dicas para ser feliz e fazer o outro feliz, DeROSE Editora, pp. 22 (trad. Uribe, Matías, 2024).
- 18. Una de estas supuestas técnicas secretas se llama “tantra dhyāna”, una técnica que, en realidad, se enseña abiertamente y sin ningún misterio en varias escuelas y libros, como la haṃsopaniṣhad o, incluso, en varios libros de Shivānanda, como, por ejemplo, Kuṇḍalinī yoga, en el capítulo en que describe la técnica para escuchar los sonidos anāhata (Shivananda, Swami, 1954, Kundalini Yoga, Editorial Kier, p. 192-193). Lo que sucede es que el nombre "tantra dhyāna" no aparece en ninguna parte, pues fue la manera en que DeRose la renombró para poder venderla como "secreta" y así utilizarla como un medio para someter a las personas que esperan, desesperadas, recibir algún el conocimiento reservado, mientras se ven obligados a hacer todo lo que les ordenen dentro de la institución, pues de otra forma no serían merecedores de recibir la “iniciación”.
- 19. DeRose, 1996, p. 41.
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Por Matías Uribe Ramírez