El Culto del Narcisista

El Culto del Narcisista

por Sam Vaknin [1]

 

Fragmento del libro “Malignant Self-love: Narcissism Revisited”

Introducción, traducción y notas de Matías Uribe Ramírez  

 

Introducción

 

Hoy me desperté y vi una serie de historias en instagram hablando sobre el nuevo documental que expone los cientos abusos perpetrados por el culto de Yogi Bhajan que, aunque desde hace muchos años son ampliamente conocidos, están llegando a ahora a un nivel de disfusión más masiva, lo cuál es maravilloso, pues todo esto ayuda a que cada vez nos tomemos más en serio esta situación, tomemos acción y trabajemos juntxs por darle más visibilidad a los incontables casos de abuso que existen dentro del mundo del yoga, la espiritualidad, el coaching, el alto rendimiento, las mentorías de abundancia, éxito profesional, masculinidad consciente y cualquier otra excusa que puedan encontrar los depredadores para disfrazarse de gurús y así encontrar nuevas víctimas para seguir saciando su inagotable apetito de carne fresca, dinero fácil, poder, fama y otros de los suministros sin los cuáles no podrá vivir jamás una persona que sufra del trastorno de personalidad narcisista, del que claramente sufren todos estos supuestos guías.

Y pensarás que no hablo de tu amado profe de yoga, pues claro, él es todo luz y amor, pero ¿acaso te has fijado cómo se siente con derecho a la adulación y a recibir un trato especial por parte de ti y sus otros seguidores?, ¿te has dado cuénta de cómo tu organización está toda centrada en su persona? Y es que, cómo dice el Profesor Sam Vaknin en el texto a continuación, "esa la paradoja irónica en el corazón de las sectas: incluso cuando sus líderes deshumanizan y cosifican a las personas, lo hacen siempre con un rostro humano, el rostro del carismático fundador y líder de la secta."

Pero la verdad es que, destrás de esa fachada de bondad, suele haber siempre una persona que se desprecia a sí misma por no ser capaz de reconocer lo que realmente es: un ser humano común y corriente, imperfecto como todos los demás. Y así, mientras más incapaz se siente de hacerse cargo de sí mismo, más delirante se vuelve su fantasía narvisista. Pero claro, ésto tú no lo ves porque estás todavía bajo el hechizo de la idealización que proyectas sobre él y, además, probablemente todavía no has tenido la oportunidad de escalar lo suficiente en el tedioso y exigente proceso de la jerarquía, entonces aún no ves lo que sucede tras bambalinas, sólo ves lo que quieren que veas: el gurú iluminado, amoroso y perfecto que además quieres ver.

En fin, te dejo entonces con el Profesor Sam Vaknin (21 de abril de 1961) escritor, profesor de psicología y autor del libro Malignant Self Love: Narcissism Revisited (1999), del cuál extraje y traduje el siguiente artículo.

 

Matias Uribe Ramírez

(Redoma Yoga) 



 

El narcisista como gurú en el centro de un culto:

por Sam Vaknin

 

Este tipo específico de narcisista exige completa obediencia por parte de su rebaño, lo cuál incluye a su cónyuge, descendencia, otros miembros de la familia, amigos y colegas. Se siente con derecho a la adulación y a recibir un trato especial por parte de sus seguidores. Castiga a los corderos rebeldes y descarriados. Hace cumplir la disciplina y la adherencia a sus enseñanzas y objetivos comunes. Mientras menos realizado se siente en la vida, más estricto es en su magisterio, más extravagante e increíble hace ver su misión y mensaje, más penetrante se vuelve su lavaje cerebral. 

Las sectas son, por lo tanto, organizaciones centradas en la persona, a diferencia de otras burocracias impersonales. Esta es la paradoja irónica en el corazón de las sectas: incluso cuando los líderes de las sectas deshumanizan y cosifican a las personas, lo hacen siempre con un “rostro humano”, el rostro del carismático fundador y líder de la secta.

Los líderes de los cultos son narcisistas que fracasaron en su búsqueda por "ser alguien en la vida" y hacerse famosos impresionando al mundo con su singularidad, talentos, rasgos y habilidades. Estos narcisistas, frustrados, se retiran a un "espacio narcisista patológico" [2] que asume las características de una secta.

Los miembros del culto del gurú narcisista, a menudo involuntarios (pues son coaccionados a través de la manipulación y el engaño), cohabitan una zona crepuscular [3] construida por el propio narcisista. Él les impone una psicosis compartida repleta de delirios persecutorios, "enemigos", narraciones mítico-grandiosas y escenarios apocalípticos que él, supuestamente,  ha logrado burlar. Es un enclave mental de suspensión del juicio [4] que rápidamente se convierte en una zona de confort y protección para los discípulos, que se sienten seguros gracias al cuidado, aceptación incondicional y el "amor" del maestro. Es una recreación de la primera infancia del seguidor, solo que esta vez con un padre ideal y benévolo.

Esta psicosis compartida es de dos tipos: excluyente e incluyente. 

La psicosis compartida excluyente implica el aislamiento físico y emocional del narcisista y su "rebaño" (cónyuge, hijos, fans, amigos) del mundo exterior para protegerlos de sus “amenazas inminentes” e intenciones hostiles. 

La psicosis compartida incluyente gira en torno a los intentos de difundir el mensaje del narcisista de manera misionera entre amigos, colegas, compañeros de trabajo, fanáticos, feligreses y cualquier otra persona que pueda llegar a interesarse en ser parte del culto. 

El control del gurú narcisista se basa en la ambigüedad, la imprevisibilidad, la confusión y la violencia ambiental [5]. Sus caprichos, siempre cambiantes, definen exclusivamente lo “correcto” y lo “incorrecto”, lo deseable y lo indeseable, lo que debe perseguirse y lo que debe evitarse. Sólo él determina los derechos y obligaciones de sus discípulos, y los modifica a voluntad.

El gurú narcisista es un microgestor [6]. Ejerce control sobre los más mínimos detalles y comportamientos. Castiga severamente y abusa de los que ocultan información, así como de aquellos que no se ajustan a sus deseos y metas.

El gurú narcisista no respeta los límites y la privacidad de sus seguidores reacios. Ignora sus deseos y los trata como objetos o instrumentos de gratificación. Busca controlar compulsivamente tanto las situaciones como a las personas.

El gurú narcisista desaprueba fuertemente la autonomía e independencia personal de los demás. Incluso las actividades inocuas, como encontrarse con un amigo o visitar a la familia, requieren de su permiso. Gradualmente, aísla a sus seres más cercanos y queridos hasta que dependen completamente de él emocional, sexual, financiera y socialmente.

El gurú narcisista actúa con superioridad y de manera paternalista, criticando sistemáticamente a sus discípulos. Alterna entre enfatizar los defectos más pequeños (devaluación) y exagerar los talentos, rasgos y habilidades (idealización) de los miembros de su culto. Es muy poco realista en sus expectativas, lo que luego usa para legitimar su conducta abusiva.

El gurú narcisista afirma ser infalible, superior, talentoso, hábil, omnipotente y omnisciente. A menudo miente y confabula para respaldar sus afirmaciones infundadas. Dentro de su culto, espera asombro, admiración, adulación y atención constante hacia sus extravagantes historias y afirmaciones. Reinterpreta la realidad para adaptarla a sus fantasías.

Su pensamiento es dogmático, rígido y doctrinario. No apoya el pensamiento libre, el pluralismo o la libertad de expresión y no tolera la crítica y el desacuerdo. Exige, y a menudo obtiene, total confianza y relegación de toda toma de decisiones.

El gurú narcisista obliga a los participantes de su culto a ser hostiles con los críticos, las autoridades, las instituciones, sus enemigos personales o los medios de comunicación si intentan descubrir sus acciones y revelar la verdad. Supervisa de cerca y censura la información del exterior, exponiendo a su audiencia cautiva solo a datos y análisis selectivos.

El culto del narcisista es "misionero" e "imperialista". Siempre está buscando nuevos reclutas: los amigos de su cónyuge, las amigas de su hija, sus vecinos, nuevos compañeros de trabajo. Inmediatamente intenta "convertirlos" a su "credo", para convencerlos de lo maravilloso y admirable que es. En otras palabras, trata de convertirlos en Fuentes de Suministro Narcisista [7].

El comportamiento del gurú narcisista en estas "misiones de reclutamiento" es muy diferente a su conducta dentro del "culto". En las primeras fases de cortejar a nuevos admiradores y hacer proselitismo a posibles "reclutas", el narcisista es atento, compasivo, empático, flexible, modesto, razonable y servicial. En casa, entre los "veteranos" es tiránico, exigente, testarudo, agresivo y explotador.

Como líder de su congregación, el gurú narcisista se siente con derecho a servicios y beneficios especiales que ni siquiera se otorgan a los miembros de más alto rango. Espera ser atendido de pies y manos, hacer libre uso del dinero de todos y disponer libremente de sus bienes (e incluso de sus cuerpos), quedando cínicamente exento de las reglas que él mismo estableció (en caso de que violación sea placentera o lucrativapara él).

En casos extremos, el gurú narcisista se siente por encima de la ley, cualquier tipo de ley. Esta convicción megalomaníaca y altiva conduce a actos delictivos, relaciones incestuosas, poligamia y fricciones recurrentes con las autoridades.

De ahí las reacciones de pánico y, a veces, violentas del gurú narcisista debido a los "abandonos" de los miembros culto, ya que la forma en que los narcisistas estabilizan su débil y fluctuante autoestima es a través del suministro que le proporcionan sus víctimas (sus seguidores, en este caso), de manera que ese abandono es una gran amenaza para la personalidad precariamente equilibrada del narcisista.

Agreguemos a esto las tendencias paranoicas y esquizoides del gurú narcisista y su falta de autoconciencia introspectiva. Los riesgos para los miembros renuentes de su culto son claros.

El gurú narcisista ve enemigos y conspiraciones por todas partes. A menudo se presenta a sí mismo como la víctima heroica (mártir) de fuerzas oscuras y poderosas. En cada desviación de sus principios, descubre una subversión malévola y siniestra. Él, por lo tanto, está empeñado en desempoderar a sus devotos por cualquier medio [8]. 

 

El gurú narcisista es peligroso.

 

 

Notas:

 

  1. Shmuel "Sam" Vaknin (21 de abril de 1961, Israel) es una de las principales autoridades en el estudio del trastorno de personalidad narcisista. Es escritor y  profesor de psicología en la Southern Federal University en la ciudad de Rostov del Don, en Rusia.
  2. La etapa denominada por el autor como «el espacio narcisista patológico» es cuando el narcisista se desenmascara. Puede volverse verbalmente abusivo, manipular, chantajear emocionalmente y hacer gaslighting (el gaslighting es un tipo de abuso psicológico en el que se hace a alguien cuestionar su propia objetividad.​ Consiste en negar la realidad, dar por sucedido algo que nunca ocurrió o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción).
  3. Las zonas crepusculares son alteraciones transitorias de la alerta, de la atención y de la conciencia. Se asocia a sensaciones de confusión mental, desorientación temporoespacial, disminución de la reactividad sensorial, amnesia de los episodios y comportamientos automáticos e impulsivos.
  4. Epojé (del griego ἐποχή «suspensión»), transliterado a veces también como epoché o epokhe, es un concepto originado en la filosofía griega, utilizado principalmente por la corriente escéptica. En los tiempos modernos fue revitalizado por la fenomenología de Edmund Husserl, si bien no en su acepción inicial. Originariamente, según la definición dada por Sexto Empírico, significa un estado mental de «suspensión del juicio», un estado de la conciencia en el cual ni se niega ni se afirma nada. Para Husserl, la epojé consiste en la «puesta entre paréntesis (parentización) no sólo de las doctrinas (o ideas) sobre la realidad, sino también de la realidad misma».
  5. Este tipo de violencia consiste en romper, tirar o amenazar los bienes que pertenecen a la persona a la que se quiere hacer daño. Algunos ejemplos de ello serían; destruir o dañar aquello que tiene valor afectivo para la mujer o el hombre (animales, objetos, plantas, fotos, recuerdos…), alterar el sueño o reposo haciendo ruido de manera intencionada, conducir temerariamente poniendo en riesgo la vida de la familia o lanzar objetos con ánimo de intimidar.
  6. La microgestión es una forma de opresión en la cual un líder (en este caso el gurú) supervisa de cerca a sus subordinados, observando todo lo que hacen. Un gurú microgestor prefiere mantener el control minuciosamente en lugar de permitir a sus discípulos tomar sus propias decisiones. Además, en lugar de solicitar a los discípulos las cosas de forma clara y directa, en la microgestión se les suele criticar y llamar sistemáticamente la atención por no realizar aquello que se esperaba de ellos aunque jamás se les pidió con claridad.
  7. Las 'extensiones narcisistas' o 'suministros narcisistas' son para los narcisistas fuentes de lo que sea que necesiten (sexo, amor, dinero, admiración, estatus, cobijo, etc.) proporcionadas por otras personas.
  8. Anexo tomado de una publicación del Dr. Vaknin en Instagram: “Los antiguos miembros de la secta suelen ser personas crédulas, mentalmente enfermas y poco inteligentes. Muchos de ellos son virulentos narcisistas encubiertos. Impulsados ​​por la envidia maliciosa, la humillación y la rivalidad narcisista, buscan exponer y derribar al líder del culto para as poder engendrar una secta para ellos mismos. Mantienen una fachada de pseudohumildad y la apariencia de una cruzada moral, presentando su implacable autopromoción en el juego moral del bien contra el mal, en una clara expresión de escisión” (La escisión consiste en la tendencia de separar el mundo y las personas en buenos y malos; es una manera eficaz de resolver la complejidad de situaciones confusas y amenazantes pero siempre implica una distorsión de la realidad). https://www.instagram.com/p/CuGuF9FqQwP/

 

 

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