El Cuerpo Yóguico - Sistemas de Chakras

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El concepto filosófico de ordenador de realidad es supremamente útil para entender las prácticas de localización mental de mantras, yantras, símbolos y divinidades en diversas áreas del cuerpo (chakra nyāsa) que son mencionadas en los textos tántricos antiguos que exponen la sabiduría de los chakras.
Un chakra es un conjunto de fuerzas asociadas a la divinidad, el pensamiento, las emociones y la fisiología, que se armonizan en diagramas estéticos localizados en determinadas regiones del cuerpo con el fin de organizar esas fuerzas en nosotrxs utilizando visualizaciones, mantras, mudrās y otras técnicas de yoga.
La mayoría de abordajes contemporáneos estudian los chakras (que también son yantras) como si fueran una realidad preexistente en el cuerpo sutil, pero la cosa no es tan así. Los chakras son procesos de organización de la realidad, no son órganos preexistentes. Son cartografías que nos permiten construir un nuevo cuerpo, dialogando de otras formas con las fuerzas que nos atraviesan (pensamientos, flujos energéticos, glándulas, órganos físicos, creencias, memorias, cultura, etc.)
Aún no conozco un sólo abordaje que exponga los chakras por fuera del contexto alienante y dogmático que los entiende como realidades preexistentes en ese cuerpo hegemónico previamente concebido por los humanistas.
Cualquier estudio que asocie los chakras con vórtices energéticos o que sostenga que los chakras existen por sí mismos como estructuras ya organizadas, será un dogma de fé o, como mucho, una doctrina pseudocientífica que dejará de lado el aspecto más importante de los chakras: su iconografía esotérica.
Y que quede claro que no estoy diciendo que los vórtices de energía no existen, al contrario, se ha demostrado que existen, pero no hay nada que explique cuál sería la relación entre éstos con las imágenes de animales, diagramas geométricos, diosxs con varias cabezas y brazos, mantras, etc. que aparecen en las representaciones de los chakras, que existían por lo menos mil años antes de que a algunos teósofos, indólogos y yoguis cientifistas de comienzos del siglo XX se les ocurriera decir que los chakras eran centros de “energía biológica”.
Y es que, aunque la ciencia se ha convertido en el nuevo relato del yoga, detrás de ese discurso se sigue ocultando el mismo sustrato esotérico que desde siempre ha sido su fuente inagotable de magia, tierra fértil que ha sostenido a la inmensa mayoría de expresiones yóguicas a lo largo de la historia. Pareciera que la mitología está siendo suplantada por la ciencia, pero ésta no es más que el nuevo disfraz del mismo hechizo milenario.
Por más que existan estudios que respalden los procesos esotéricos del yoga, éstos siguen siendo, ante todo, un universo siempre en diálogo con lo nouménico. Entre las fórmulas y los estudios científicos, la riqueza soteriológica que es una con el yoga, se oculta, expectante, asumiendo un nuevo relato que pueda ser comprendido por el mundo contemporáneo que se aferra a sus “demostraciones”, “pruebas” y “evidencias” científicas.
Y sí, hay estudios que respaldan los inmensos beneficios y efectos positivos que la práctica de yoga proporciona, pero nada de ésto tiene que ver con sus aspectos más esotéricos, la filigrana de sus brujerías, los secretos de su magia, la explicación de sus dimensiones místicas.
¿Qué tal si, en lugar de pretender “demostrar” la existencia de los chakas, nos dedicamos a meditar visualizando estas ruedas místicas en nuestro cuerpo, cantando sus mantras y dejando que se manifiesten sus propiedades mágicas, fuerzas cósmicas y demás hechizos que los sustentan?
Cuando hacemos esto nos damos cuenta de que, más que fenómenos demostrables por la ciencia, los chakras son máquinas ordenadoras de realidad, agenciamientos fluidos y eternamente cambiantes que, por cierto, no necesariamente tienen que estar asociadas a las narrativas indias.
Entonces, en ese sentido, ¿sería posible crear un sistema de chakras que no esté mediado por la iconografía surasiática? ¿Un sistema de chakras que, en lugar de las divinidades tántricas use imágenes arquetípicas provenientes de los pueblos amerindios? ¡Por supuesto! De hecho ya existe: los cuecueyos de los toltecas que encontramos en el kinam también son un sistema de chakras.
Ahora, ¡cuidado!, esto no es tan sencillo, se trata de un proceso meditativo que requerirá de mucho trabajo, estudio, práctica y años de experiencia. Crear un sistema de chakras que realmente funcione es un trabajo muy profundo y complejo, no se trata de un diseño, se trata de la exteriorización de una experiencia mística, un diálogo íntimo con los poderes de la Naturaleza, una comunión divina con el cuerpo yóguico.
En el tantra se concibe el cuerpo como un agenciamiento de fuerzas cósmicas que pueden ser organizadas y desorganizadas a través de la instalación de divinidades.
Todo el tiempo estamos siendo organizados por los paradigmas de la sociedad, la familia, las tradiciones, etc. Y estos mecanismos de organización dan forma a cómo percibimos la realidad.
También, cuando entramos al mundo del yoga comenzamos a ser organizados, aún sin percibirlo, por ideas provenientes de tradiciones ajenas, lejanas en el tiempo y el espacio, que poco o nada tienen que ver con nuestra realidad actual. Los diferentes modelos de chakras son, justamente, formas específicas de ordenadores de realidad.
No dejes que otrxs organicen tu realidad desde afuera, a través de modelos estereotipados de chakras. Tú mismx puedes instalar en tu cuerpo el modelo que mejor ajuste tu realidad. Hay infinitas posibilidades, tantas como seres en el universo. Si te sumerges hacia las profundidades de este proceso, develando así la intimidad del lenguaje arquetípico de tu propio cuerpo, podrás crear tu sistema personal, con las divinidades, símbolos, formas y colores que sientas pertinentes según las fuerzas que te atraviesen en el proceso creativo/meditativo.
Luego de estudiar en profundidad algunos de los diferentes sistemas de chakras que se han expuesto a lo largo de los últimos mil años aproximadamente (incluyendo el sistema hegemónico actual, de 7 chakras, que es apenas uno entre los incontables sistemas que existen) es posible aventurarse hacia ese viaje maravilloso de crear nuestro propio sistema de chakras, empleando el contexto mitológico que cada unx sienta resonante con su realidad.
Estos mecanismos que organizan nuestro cuerpo (es decir: lo dotan de nuevos órganos), nos permiten reinventarnos como organismo, pues cuando localizamos (nyāsa) un ordenador de realidad (chakra) sobre alguna región de nuestro cuerpo, estamos abriendo un diálogo profundo con aquello que somos (ātmavichara: autoindagación).
Crear un sistema propio de chakras va a implicar un viaje significativo de estudio, exploración, reflexión y autoconocimiento, en primer lugar para entender lo que es un chakra, y en segundo lugar para entender cómo son tus propios chakras.
Te doy la bienvenida a este curso en el que te daré todas las herramientas necesarias.
PROGRAMA:
0. El arte de los chakras - Clase Introductoria
1ª Clase: Introducción/Tattwas
2ª Clase: mūlādhāra chakra (teórica)
3ª Clase: práctica en mūlādhāra chakra (sādhana)
4ª Clase: swādhiṣhṭhāna chakra (teórica)
5ª Clase: práctica en swādhiṣhṭhāna chakra (sādhana)
6ª Clase: maṇipūra chakra (teórica)
7ª Clase: práctica en maṇipūra chakra (sādhana)
8ª Clase: anāhata chakra (teórica)
9ª Clase: práctica en anāhata chakra (sādhana)
10ª Clase: vishuddha chakra (teórica)
11ª Clase: práctica en vishuddha chakra (sādhana)
12ª Clase: ājña chakra
13ª Clase: práctica en ājña chakra
14ª Clase: sahasrāra chakra, teoría
15ª Clase (parte 2) - Práctica en sahasrāra
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