El Rizoma del Yoga

El Rizoma del Yoga es un recorrido a través de las múltiples tradiciones del yoga y su babilónico diálogo en la contemporaneidad post-linaje. Aquí navegamos las historias de los yogas y sus cientos de técnicas, métodos, filosofías, expresiones, linajes y yogas posibles (200 horas con certificación). Ver más detalles
El Rizoma del Yoga

Más información

El Rizoma del Yoga es una propuesta que nos ayuda a comprender el tejido armónico/caótico que subyace a la multiplicidad de propuestas yógicas, cartografías, versiones de la "verdad", procesos iluminativos y relatos trascendentalistas o inmanentistas más allá de la ilusión de las jerarquías del conocimiento.

En el Rizoma las posibilidades se nos revelan como un gran abanico de metodologías, técnicas, rituales, conceptos y procesos que nos permiten vivenciar el yoga de diversas formas, sin caer en la deplorable práctica de imponer la validez de una por encima de todas las demás.

Cualquiera de estos caminos nos permite entender que el estado de yoga no está por allá, en las alturas jerárquicas del conocimiento milenario, fundacional, en "el mejor método espiritual", el "yoga más auténtico", y babosadas de ese estilo.

El yoga puede experimentarse a través del estado meditativo, el florecimiento devocional, la entrega al servicio amoroso, el cultivo del discernimiento, la capacidad indagatoria ante la naturaleza y el sentido íntimo de la existencia, la sacralización de la sensorialidad, el arte, la poesía, el sexo, el cuidado, y muchas otras formas.

El cuerpo yóguico es un cuerpo des-organizado (desprovisto de órganos), un cuerpo rizomático: no tiene principio ni fin, ni siquiera tiene identidad, está hecho de materias diversamente formadas (chakras), flujos y velocidades diversas (prāṇa), poderes divinos (śakti), centros de consciencia (bindus) y otros agenciamientos arquetípicos.

Cuando se atribuye un cierto tipo de cuerpo yóguico a una determinada persona se está descuidando el trabajo siempre variable de las materias que se movilizan durante la práctica y la inefabilidad de sus interrelaciones.

En el cuerpo yóguico se desdibujan los límites entre sus diversos aspectos, aquí cualquier punto de la cartografía puede ser conectado con cualquier otro, sin que sean claros los entrecuerpos que los separan. 

Así comienza a cobrar sentido la premisa repetida una y mil veces por todas las doctrinas monistas: "todxs somos uno". Unidad que es paradójicamente múltiple y singular. Cada rasgo particular de la totalidad constituye un eslabón semiótico que se conecta con todos los demás a través de codificaciones muy diversas: biológicas, políticas, económicas, etc.

Parafraseando las líneas iniciales del Rizoma de Deleuze/Guattari (Mil Mesetas, 1980), como una desterritorialización de su máquina literaria hacia el territorio de la máquina yóguica: 

El Rizoma del Yoga lo construimos en colectivo. Como cada uno de nosotros es varios, en total ya somos muchos. Aquí utilizamos todo lo que nos une, desde lo más próximo a lo más lejano, dejando que nuestras identidades se diluyen en un gran cuerpo sin órganos ¿Por qué entonces conservamos nuestros nombres? Por rutina, únicamente por rutina. Para hacernos nosotrxs también irreconocibles. Para hacer imperceptible, no a nosotrxs, sino todo lo que nos hace actuar, experimentar, pensar. Y además porque es agradable hablar como todo el mundo y decir el sol sale, cuando todos sabemos que es una manera de hablar. No llegar al punto de ya no decir yo, sino a ese punto en el que ya no tiene ninguna importancia decirlo o no decirlo. Ya no somos nosotrxs mismxs. Cada quién reconocerá a los suyos. Nos han ayudado, aspirado, multiplicado.

En el vasto terreno del yoga, herramientas técnicas como chakras y yantras son los (des)ordenadores de realidad utilizados para desorganizar el cuerpo. Esto no se refiere, obviamente, al sentido convencional que se le da a la palabra “órgano” (como si sólo los órganos fisiológicos definieran nuestra organicidad), sino a la reinvención del cuerpo.

En el yoga no sólo trabajamos con músculos, huesos, articulaciones, estabilidad, respiración u oxígeno. También observamos nuestro comportamiento e ideas, e incluso proyectamos imágenes arquetípicas sobre algunas partes de nuestro cuerpo, generando con esto efectos psicosomáticos muy profundos.

Estas prácticas llevan el proceso a un nivel más sutil; son la construcción y el habitar de un cuerpo sin órganos, un viaje que trasciende la superficie de la experiencia de vida hacia la exploración de las llamadas dimensiones “internas” (lo pongo entre comillas porque para asuntos internos están los médicos internistas, aquí estamos hablando de una concepción que extrapola las categorías de “adentro” y “afuera”).

El yoga es un "a través", no un punto de llegada, y no existe una jerarquía entre sus diferentes técnicas y conceptos, ni tampoco llevan un orden específico, mucho menos son todos imprescindibles. Cada practicante sentirá una afinidad mayor o menor hacia cada posibilidad, e incluso esa afinidad podrá ir cambiando a lo largo de su vida.

A la luz de la teoría filosófica del rizoma (Deleuze, Guattari), deja de tener relevancia la organización piramidal del poder yóguico basado en la estratificación del conocimiento, en la cuál se asume que la sabiduría proveniente de los registros más antiguos es fundacional para los más modernos.

En cambio, en un modelo rizomático, cualquier linaje puede incidir en la concepción de los demás elementos de la cartografía general, sin importar su posición histórica.

El rizoma carece, por lo tanto, de centro, un rasgo que lo ha hecho de particular interés en la filosofía de la ciencia y de la sociedad, la semiótica y la teoría contemporáneas. 

A lo largo de la historia del yoga se han entretejido incontables cartografías del cuerpo humano. Creaciones colectivas regidas por diversos mecanismos de ordenamiento que se autoproclaman, cada una por su lado, como la realidad hegemónica.

En estos mapas corporales encontramos puntos de confluencia, desencuentro, canalización, concentración, refracción y manifestación de fuerzas y flujos que en las cosmovisiones tántricas han sido denominadas chakras, nāḍīs, bindus, prāṇas, dhatus, mantras, yantras, kuṇḍalinī, etc.

 

 

  • Introducción al Rizoma del Yoga
  • ¿El yoga ó los yogas?
  • Líneas del Yoga Moderno
  • Los Linajes Ancestrales
  • Historia del yoga
  • Yoga en Latinoamérica
  • Los peligros del Yoga sin conciencia social
  • Yoga y activismo
  • El/la yogui neoliberal y la política del yoga
  • Meditación en el Yoga Clásico (dhyāna)
  • Los nueve niveles del samādhi en el Yoga Clásico
  • Arquetipos en el Yoga
  • Chakras - El cuerpo yóguico
  • Mudrā: la magia del gesto y las manos
  • El cuerpo multidimensional (sharīratrāya y pañchakosha)
  • Introducción al Tantra Shāstra
  • Sesión de preguntas y respuestas
  • Tattvas del Tantra: el sistema de
  • Tattvas y bīja mantras
  • Abhinavagupta y el tantra no dual
  • Pūjā: el ritual de adoración
  • Bhūtashuddhi prāṇāyāma (práctica)
  • Bāhya mātṛka nyāsa: el cuerpo que deviene sonido
  • Bīja akṣhāras: sonidos primordiales
  • Yantra Yoga: el arte de los diagramas sagrados
  • Yoga y el Rizoma en Deleuze/Guattari
  • Yoga sin linaje o post linaje
  • Las técnicas de yoga
  • El camino de la práctica (kriyā mārga)
  • El camino de la devoción (bhakti mārga)
  • El camino de la indagación filosófica (jñāna mārga)
  • Mantra
  • Introducción al sánscrito
  • Kuṇḍalinī
  • Nyāsa, el arte de la individuación
  • Hinduísmo, vendāngas y darshānas
  • Karma y dharma
  • Upaniṣhads y Paramparā
  • Ādi shānkarachārya y el vedanta no dual 
  • Kīrtan, cantos devocionales.
  • Viṣhṇu dashavatāra, los diez avatares de Viṣhṇu.
  • Shrī vidyā y la escuela siddhānta tantra
  • Dashamahāvidyā y la escuela kaula tantra
  • Yogasūtra de Patañjali 
  • Āsana y Prāṇāyāma
  • Puraṇa e Itihasa
  • Bhagavad gītā
  • Gāyatrī mantra y praṇava oṃ
  • Yoga contemporáneo
  • Sesión de Cierre

¿Necesitas ayuda?

El Rizoma del Yoga
Accede al contenido gratuito
¿Ya tenes cuenta?
Iniciar sesión

Te puede interesar

    Cerrar X